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Uno no evoluciona, no se escribe mejor con los años

KOLESNICOV, Patricia. "Uno no evoluciona, no se escribe mejor con los años", Clarín, Buenos Aires, viernes 7 de julio de 2006

Published onNov 10, 2020
Uno no evoluciona, no se escribe mejor con los años

El autor, que vive en Estados Unidos, dio ayer una charla en la Biblioteca Nacional. En un aparte, le dijo a Clarín que está retomando el estilo de su primer libro.

Ya dio su conferencia sobre Juan José Saer a sala llena y • con gente sentada en los pasillos, ya firmó uno, dos, una cola de autógrafos, ya dio cien manos y cincuenta besos, un resplandeciente Ricardo Piglia está listo para la entrevista. En el auditorio de la Biblioteca Nacional, el hombre —que vive y enseña en Princeton, Estados Unidos— acaba de discutir la idea de "canon", de que se pueda establecer un ranking en literatura y sin embargo hay que decir que hace rato está considerado como uno de los más importantes escritores del país y también que todavía están calientes las cenizas de la llamarada que encendió Plata Quemada, la novela que le dio tantas alegrías —ganó el Premio Planeta en 1997 y fue exitosamente llevada al cine— y un gran disgusto: el mecanismo de ese concurso fue objetado ante la Justicia. Pero noes ésta una tarde de problemas: ante una sala atenta desplegó sus hipótesis sobre Saer durante más de una hora. Dijo que "la tensión en la literatura de Saer es con la poesía. Es un narrador que pone la lírica como horizonte y que hace de la poesía el modelo de lengua que se opone a los lenguajes estereotipados, los del poder. Para él, el intelectual es el poeta". Después, autógrafos, besos y varios escritores haciéndole honor a la conferencia: Pablo de Santis, Alan Pauls y Martha Mercader entre ellos. Se lo ve feliz. Puede parecer una paradoja, pero el proyecto futuro de Piglia está en el pasado: en estos días trabaja sobre viejos cuentos que no había publicado para hacer una versión nueva de La invasión (1967), su primer libro, agregándole unos siete relatos de la época. "Estoy haciendo una experiencia extraña: retomando textos escritos hace muchísimo y viendo si puedo mantener la poética y el tono que tenían en su primera versión."

—¿Qué retorna?

—La misma historia. Pero tratando de ser fiel a lo que yo era como escritor en ese momento.

—Es decir, retorna todo...

—En lo posible.

—¿Y qué reescribe?

—De algunos hay una primera versión, en otros el relato se interrumpe. Intento mantenerme fiel a lo que yo era con la idea de

que uno en realidad no evoluciona, que no se escribe mejor con los años. Está en cuestión la idea de que la experiencia es algo que se acumula, como si fuera una cuenta en el banco, un ahorro.

—¿Ahora no escribe mejor?

—Uno escribe muy bien a veces y muy mal a veces y eso sucede en épocas diversas, no es cierto que cuando uno empezó escribía peor que ahora. Muchas veces me sorprendo, me parece que no voy a poder escribir nada como lo que escribía en ese momento. Me interesa mantenerme cercano a lo que yo creía de cómo tenía que ser la literatura.

—¿Cómo tenía que ser?

—Muy directa. Algo similar a "Plata Quemada", un libro cuya primera versión fue escrita en ese tono. Es esa poética, que persistió en mis trabajos pero fue menos visible que otras.

—¿Qué le interesa de lo nuevo?

—No estoy al día, pero me interesa por ejemplo Alan Pauls: no lo veo en las escenas más clásicas, en las escenas más mediáticas.

—Y usted valora ese margen...

—Es importante la difusión, pero hay ciertos lugares que se están dejando de lado.

—En una escena tan mediática, ¿por qué no hay un best seller argentino?

—Creo que eso no depende de los libros. Que depende de las maneras en que están organizadas ahora las formas de distribución y circulación. Libros como los de Manuel Puig podían ser un ejemplo cercano a la gran literatura que al mismo tiempo llegaba a un público amplísimo. Lo mismo se podría decir de Marechal o de Cortázar. Pero hoy no se garantiza la posibilidad de circulación de los textos. Hay libros muy buenos que hoy no circularían. El Borges joven no sé si hoy podría publicar Ficciones.

—No se trata de los textos...

—No, no. Insisto en que habría que hacer una colección de primeras novelas, que los editores se tendrían que sentar a leer primeras novelas para que no se pierdan ciertos libros. Lo más actual de la literatura argentina ahora se está publicando en editoriales chiquititas.

—Se valora lo "divertido". ¿La literatura puede aburrir?

—El que dice que el libro lo aburre está hablando de sí y no del libro. Un libro no es divertido ni aburrido, la cuestión es cómo se conecta uno con eso.

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